Bueno que la verdad todos estamos igual. Hacia el final del semestre no hay ser humano que pueda exprimir dos minutos para descansar. La semana pasada simplemente me bombardearon con examenes finales y entrega de trabajos de investigación, que ni tiempo para darme una vuelta por aqui. Por suerte que uno camina con esa cara de desvelado medio zombie, y no se siente solo, pues encuentra que sus compañeros y coetáneos tienen todos la misma cara de exámen. Así las cosas, esta semana tuve 4 exámenes y tuve que presentar una exposición final acerca del candente tema del "sadomasoquismo" y un portafolio de manualidades que fue una completa tortura para mí . Pero sin duda el exámen final de piano, fue uno de los que más me quito el sueño, dividido en dos exámenes, el jueves pasado, me toco tocar la parte "funcional" del exámen. Una serie de ejercicios y rudimentos, salidos de métodos para romperle los dedos y la cabeza a cualquiera, y que dios sabe como, me salieran 6 escalas menores a cuatro octavas, con arpegios y progresión a dos manos.... osea... ya se podrán imaginar.
El lunes en la noche, tuve que pasarme la madrugada coloreando y construyendo marionetas y titeres de papel, de toda clase, de paletita, titeres de bolsa, marionetas de payasos, de dedo, y cuanta más culioladita existe en este planeta. Todo eso para un curso de la universidad que no solo esta totalmente mal ubicado en mi programa de estudios, si no que me toco la mala suerte de topar una profesora completamente incompetente. En fin entre tanto titere tuve la oportunidad de darme cuenta definitivamente, que mi vocación no son las manualidades.


¡Ya casi ya casi! ¡El ocaso del semestre!
5 viajeros han hablado:
PLAYA PLAYA Yon!!!! yupiiii = )
Abajo el conductismo! Viva la música popular!!!
Hola he dado con este blog mediante el blog de pruebameblogger y aquí te dejo un comentario para saludarte, para darte el link de mi blog y para comentar tu entrada.
Los examenes finales son de lo peor, pero yo deseo que los acabes pronto y con muy buena nota.
Saludos desde mi mundo de cristal.
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