lunes, 3 de agosto de 2009

En el muelle...


Todo se mueve en ciclos. Que increíble tener la certeza de que un buen día la veré llegar, y todo comenzará una vez más. Lo intrigante es no saber cuanto se tendrá que esperar. ¿Cómo descifrar en una mirada lo genuino de un beso? ¿Pero sabré a tiempo si es ella? Ella, sí ella, esa misma que el destino le reservo un lugar en mi corazón, una oportunidad de amar, y que ahora regresa a comenzar de cero esta historia, una travesía sin fin que nos tiene navegando en círculos... y sin embargo, la incertidumbre también es atractiva, para el corazón masoquista que disfruta el suspenso de la espera, la intriga de la duda y la breve pausa entre beso y beso.

En mi soledad, te llamaba y te pensaba. No tenía idea de quién eras, ni donde estabas. Que labios te besaron antes que yo, y cuantas lunas te vieron llorar. Pero nada es casualidad, y un cambio en la dirección del viento te trajo hacia mi, pero... ¿serás tu?

La pregunta no está hecha para responderse, no se le puede ganar terreno al tiempo. El camino hay que andarlo a pie, para realmente avanzar y develar el destino. Mientras tanto, me sumergiré en sus besos, que son una húmeda bienvenida al barco, cuyo destino no conozco aún pero del que no temo aventurarme.

Cito aquí una canción de Sanz que siempre me motivó una profunda reflexión. ¿Y si fuera ella? Ella llega y se va. Se acerca con una promesa, se vive una aventura, y parte antes del amanecer. Como un sueño lúcido, del que finalmente se despierta. Metafóricamente se puede hablar de la misma mujer, la media naranja, esa persona que es ideal ese día. Es perfecta en ese momento y lugar en el espacio. Ambos son perfectos juntos. Y mañana, somos otras personas, y esa perfección puede no existir más. Y el aura de tu media mitad, se traslada a otro cuerpo y a otra alma, esa que llegará a tu vida una vez más, para así cumplir con el ciclo, perpetuamente, hasta que partamos de forma definitiva. ¿Funcionará así el amor? No pretendo formular una ley universal, ni debatir una concepción espiritual, sólo quiero disfrutar este momento al máximo y no olvidarlo jamás, pase lo que pase.

Al parecer puede que me encuentre apunto de partir, una vez más. Pero no tengo prisa... con calma te esperaré, en el muelle...

"Muelle". Fuente: fernandosarria.blogspot.com

1 viajeros han hablado:

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