recuerdo tu mirada cristalina, esos ojos pensándome así,
imposible es contener mi asombro, difícil controlar el palpitar.
Sucede entonces que pierdo la noción de vigilia,
tentado por el suave roce de tu piel, que alucino junto a mí.
Has venido a consolar mi soledad, acompañar con quimeras
el sereno de la noche;
intento al mismo tiempo despertar sin dejarte de soñar,
nueva aventura en medio de tu mar, surcando la húmeda
bienvenida de tus labios.
5 viajeros han hablado:
Gracias por tus bellas palabras, John. Te estoy reconocido por tus atenciones. Saludos y bendiciones desde Brasil, donde tienes un amigo!
Z.A. Feitosa (www.feitosa.net)
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