
Recostada con los cabellos mojados, serías desnuda playa de arena. Te vendría a visitar arrullándote con un beso salado, perpetuo, infinito e inmortal. A humedecer con baño de espuma, a rugir rompiendo en olas sobre tu orilla dejando un eco de murmullos sobre cálidas brisas marinas. Me acompañarías por siempre.
Con tremenda ambición me apoderaría de luna y de sol. Dueño del ciclo, con fortaleza para moverme en toda mi extensión y llegar puntual a la cita. De día me verías llegar de azules y, con la noche, seducirte en elegante gala oscura, bañado en infinitos cristales de luz que te obsequiaría con cada nueva ola. Un oasis en medio de la inmensidad. Mi riqueza, tu tesoro. Poblaríamos la tierra de seres nuevos e independientes. Seríamos la alianza perfecta. Un beso de espuma con rugido de mar.
