domingo, 3 de enero de 2010

El aprendiz

Soy solo un aprendiz, en cosas del amor, un principiante. Pero no quiero olvidar jamás que hoy es otro día. Mañana bien podrías no estar aquí. Debo aprovechar tu voz y escucharte. Responder a un descuido siempre con una rosa. Qué no se tanto como creía que sabía. Hoy debo ser mejor persona que ayer. Nunca me debo dejar seducir por la inercia de la comodidad. Que si quisiste besarme ayer, no significa que quieras besarme mañana. Una desición puede ser determinante. Una palabra más, pueden bien ser la diferencia entre una sonrisa o una desilusión. El amor es tan frágil como una burbuja de jabón. Cierto que el tiempo todo lo cambia, pero esos cambios los influímos nosotros. Todo cambia. El tiempo pasa. Pero, ¿Como cambia? ¿De que forma pasa?.

Autoevaluarme todos los días. Preguntar si he caminado en la dirección correcta. Tener sabiduría para retroceder y volver a empezar. Para aceptar mis errores. Para escuchar las voces de los que me quieren. Valor para cambiar. Para mejorar. Para improvisar. Para arriesgarme. Porque el riesgo es el motor que nos impulsa por el camino.

Un principiante, un aprendiz. Y así, en lugar de quedarme cómodamente en mi cama, viendo alguna otra película, o dejando que el tiempo se me escurriera por las manos, decidi, pensar en ti, y en todas estas cosas. Escribir lo que me dictaba el corazón. Así como aquel día decidí estar contigo. Así como cada día decido seguir junto a tí.

Solo un aprendiz. Un novato que debe evitar a toda costa estar ahí y sin embargo permanecer ausente. Si es posible estar a miles de kilometros y aún así sentir el calor de tu sonrisa. El encuentro es un acontecimiento maravilloso. Huir de mi óptica egocéntrica. Ciega es la persona que se define y se encasilla en un defecto. Cree que fortaleze su personalidad y proyecta un carácter fuerte. No es conciente de su defecto. Lo triste del ignorante es ignorar su propia ignorancia. Dos veces más le costará retomar su camino.

Soy sólo un aprendiz. No se realmente del amor. Pero cuando entrego un bello poema en respuesta a un gélido adiós, tengo fé de que avanzo. Pero esta locura es una empresa de dos. Y así, el tiempo debe ser la definición de un cambio positivo. Tengo que creer que tengo ese poder. De cambiar para bien. De no dejar al azar la suerte de mis sentimientos. Conciencia de que la ausencia de una palabra lo puede significar todo, aunque para mi no signifique nada. Al dar vuelta a la rueda, puede que sea lo más importante que haya hecho en mi vida.

El que ha comido y se siente satisfecho, desprecia un pedazo de pan, el mismo que podría ser la diferencia en las manos del hambriento. Nos olvidamos en nuestra comodidad, del camino que hemos recorrido para llegar ahí. Damos por sentado las personas que se encuentran a nuestro alrededor. El techo sobre nuestras cabezas. El calor de nuestras camas.

Un hermano puede estar urgido de un abrazo. Una flor en tremenda necesidad de agua de lluvia. Pero aún así, ¿sería justo decir que, por la incapacidad de esta flor de comunicarnos sus necesidades y pensamientos, tenemos el derecho a olvidar que añora el frío rocio? Si está en nuestro poder otorgar esta paz, ¿porqué nos quedamos inmóviles, poniendo como excusa, lo frío del mundo, la gente insensible alrededor, mis propios intereses, el calor que tendría que abandonar, para ponerme de pie, y dar un beso?

Un simple aprendiz. ¿Qué sé yo acerca de estas cosas del amor? Y sin embargo, me levanto cada día recordando lo sencillo que es dibujar una sonrisa en tu rostro. Una simple rosa en tu ventana, un saludo cálido de mañana. Que está a mi alcance recordarte lo hermosa que luces debajo de una corriente de agua fresca. Debajo de la luz de aquella luna y los colores que dibuja la pólvora en dias de fiesta. Puedo creer que es la cosa más inútil del mundo. Puedo incluso estar convencido de no necesitar de estas sutilezas. Fielmente engañado creyendo que no dependo de esas palabras. "No te vas a morir si hoy no te recuerdo que te amo. Son defectos y vulnerabilidades que posee solo la gente débil." Y aún así, no podré nunca negar que una palabra de afecto, puede cambiarle el color a tus ojos. Que sería como regar el nacimiento de besos nuevos. Que la empresa del amor, es un arduo trabajo, laborioso, de todos los días, de cada momento, de cada instante. La suma de esos instantes, es lo que hace que al final las cosas signifiquen en realidad.

No más que un aprendiz. En el amor un ignorante. Pero no quiero levantarme una mañana y olvidar que debo enfrentar el reto de enamorarte una vez más. Bajar la guardia y acomodar tu corazón como trofeo en una vitrina. Pensar que ya te he ganado, para después lamentarme cuando te haya perdido, culpando al tiempo. ¡No! Yo quiero lograr ganarme un beso renovado. De forma distinta y especial. El día de hoy es un regalo, y un nuevo día junto a tí es un milagro.

Mañana todo puede acabar. Hoy bien podría ser el último día de mi vida. Piensa en este beso como el único. Y así dame fuerzas para recordar siempre que he tomado una decisión. Estar contigo. Comprometido a quererte, acariciarte, apoyarte, escuchar y soñar con tus sueños. Aprender de ti, caminar contigo. Compartir este tramo del sendero a tu lado. Es mi decisión estar contigo. Quiero recordar todo esto. Constantemente. Así no me permitiré jamás arrojarte al olvido.